domingo, 23 de noviembre de 2008

Sin campo, la tristeza. Por Jaime Velázquez





Las tardes de la muerte,


los domingos en el jardín,


cesaban su paso las gentes


y dolidas preparaban sus oraciones.




La paz, como sol exhausto,


busca el calor del infierno.


Puedo contar los ralos ayes


de las palomas de fuego:


son segundos, del silencio ecos.




El árbol esconde la muerte;


su sombra, mi asombro.


Soy yo, que empiezo a irma,


que vivo desde mi encierro


el misterio de no tener


pensamientos elevados

Foto de Jaime Velázquez


Jaime Gerardo Velázquez. Escritor, promotor cultural, jarocho por adopción y cuate entre los cuates

sábado, 22 de noviembre de 2008


UNA ESCRITORA MUY PUMA
por Lucía de Blog
Una fanática de futbol agraviada puede resultar tan ofensiva como el gol del triunfo en el minuto 96. La agraviada soy yo, porque a últimas fechas todo el mundo quiere hablar conmigo de la liguilla, específicamente de la derrota de mis adorados Pumas frente a los cementeros, que si bien gozan de mi simpatía, carecen de lugar en mi corazón cuando compiten ante el equipo universitario.
Mis rivales del otro lado de la cancha: mi marido, Jesús Garrido, mi suegro y medio centenar de veracruzanos que me miran con escarnio por celebrar sin recato las declaraciones emitidas desde atrás del bigote de charro del Tuca, que acaparan los titulares deportivos e incita a repartir culpas por la derrota del Tri frente a Honduras. Unos dicen que se cura en salud por la próxima derrota, yo opino que está tan tranquilo por tener la mejor defensiva de la liga con apenas 13 goles en contra, que se da el lujo de opinar sobre la penosa noche de lluvia donde el Tri fue narrado como el héroe que dejó de ser.
Dice Villoro que “En sus peores momentos, el fan del futbol es un idiota con al boca abierta ante un sándwich y la cabeza llena de datos inservibles”. Esto me sirve para referirme a que mis detractores quizá quedaron anclados en la fecha 12 donde Pumas cayó ante Cruz Azul como local 0-2, pero, por más inservible que sea, yo me aferro a la solidez de la defensa felina, a su productividad: 41% ganados, 29% empatados y 29% perdidos, y si además consideramos nuestra idiosincrasia mexicana, que con la rapidez de un hábito asume el empate como gesta superior de sus héroes enumerados, es fácil llegar a un promedio lo suficientemente convincente para creer que la apuesta cruzada con Garrido, le va a costar cara. Tal vez Villoro tiene razón y no somos más que un par de brutos que en vez de sándwiches, comeremos churros con cajeta mientras desmenuzamos estadísticas y alguno de los dos ejercerá la tolerancia.
Se trata, sin lugar a dudas, del partido más parejo de la liguilla. Concita tanto morbo como expectativas por tratarse de un duelo con historia propia en la memoria colectiva. Ambos equipos perseguirán el gol porque eso les permitirá agitarse al interior de otras vidas; será un partido de pizarrón, la estrategia será una bulliciosa metáfora desde la banca. Se jugará para desplazar la culpa y alcanzar el honor, un escaño en la eliminatoria, una estrella más en el escudo. ¿Galindo o El Tuca? ¿Yosgart o Bernal? ¿Beltrán o Verón? ¿Torrado o Íñiguez? ¿Cacho o Zeballos? ¿Qué sentirán los ahora cementeros Joaquín Beltrán y Jaime Lozano? En realidad todo puede pasar, lo que es un hecho es que cuando el balón bote en la cancha del Estadio Azul, todos nos aferraremos a nuestras inconcebibles cábalas.

lunes, 17 de noviembre de 2008


RECETA DE COCINA No। 1

GUISO DE TORTUGA

Inauguramos nuestra sección de cocina con una receta fácil (aquí supongo que debí decir, amadas compañeras: poetas amigas, amas de caZa noveles, maduras y menopáusicas) (o quizá: poetas solteros, andropáusicos precoces y cocineros de cantina).
Proviene de la novela de Jorge Amado, Doña Flor y sus dos maridos.

Capítulo III
DEL TIEMPO DE MEDIO LUTO, DE LA INTIMIDAD DE LA VIDA EN SU RECATO Y EN SU VIGILIA DE MUJER JOVEN Y NECESITADA; Y DE CÓMO LLEGÓ A SU SEGUNDO MATRIMONIO HONESTA Y APACIGUADA, CUANDO LA CARGA DEL DIFUNTO YA SE LE HACÍA PESADA SOBRE LOS HOMBROS.

(con doña Dinorá en la bola de cristal)
ESCUELA CULINARIA “SABOR Y ARTE”GUISO DE TORTUGA Y OTROS PLATOS DESUSADOS
Hace unos días alguien preguntó (pienso que debe haber sido doña Nair Carvalho, pues a ella le gusta ofrecer lo mejor de lo mejor), qué se podía servir a un huésped refinado, de paladar snob, muy exigente, en fin, un artista que requiere delicadezas, manjares raros, algo fuera de lo corriente.
Pues bien, aconsejo que en ese caso se sirva una delicia: guiso de tortuga; para lo cual daré una receta que me enseñó mi maestra de salsas y condimentos, doña Carmen Dias, receta que hasta ahora fue mantenida en secreto. Pueden copiarla del cuaderno. Debo agregar que, si recuerdo bien, la tortuga es una comida de orixá en el candomblé, habiéndome dicho mi comadre Dionisia, hija de Oxóssi, que la tortuga es el plato predilecto de Xangô.
Además de la tortuga, recomiendo la caza en general, y, en particular, un guisado de carne de lagartija tierna, perfumada con cilantro y romero. De ser posible, presentar, envuelto en hojas aromáticas, un cerdo montés asado entero, ¡ah, el rey de los grandes platos!, el chancho salvaje, carne con sabor a selva y libertad.
Pero si vuestro huésped quiere alguna caza más despampanante y fina, si busca el non-plus-ultra, la cumbre de lo superior, ¿por qué no le sirven entonces una viuda joven y bonita, cocinada en sus lágrimas de duelo y soledad, en la salsa de su recato y de su luto, en los ayes de su carencia, en el fuego de su deseo prohibido que le da gusto a culpa y a pecado?
¡Ay! Yo conozco una viuda así, de miel y pimienta, cocinada a fuego lento cada noche y a punto para ser servida.

GUISO DE TORTUGA
(Receta de doña Carmen Dias, tal como ella se la dio a doña Flor, habiendo ésta permitido a sus alumnas copiarla y probarla.)
“Se toma una tortuga, después de muerta por el procedimiento (bárbaro) de aserrarla por los lados, cuidando de que no se dañe la caparazón. Colgar al bicho por las patas traseras, cortarle la cabeza y dejarlo así durante una hora para que se desangre. Después, poner el animal con el vientre para arriba y cercenarle los pies, cuidando de conservar las piernas (o botas) y separando de ellas la piel gruesa que las recubre. Entonces se le extrae la carne, los menudos (hígado y corazón) y los huevos (si los hubiera), tirando las tripas, operación que requiere especiales cuidados, debiendo hacerse cada cosa por separado. Lavar todo, carne y vísceras, que, una vez maceradas con los condimentos que se indicarán habrán de ponerse a fuego bajo hasta que tomen un color de oro oscuro y exhalen un aroma particular. Los condimentos: sal, limón, ajo, cebolla, tomate, pimienta y aceite, aceite suave a voluntad.
Este plato debe servirse con patatas del reino cocidas en agua y sal, o con harina de mandioca blanca recubierta de cilantro”.




Y bueno, para quienes leyeron la novela o vieron la película, (Sonia Braga está más exquisita que el mejor platillo) rec ordarán que el primer marido de doña Flor, se llamaba Vadinho, parrandero, jugador y amante de época y saga literaria।

Ahí va pues, para Vadinho:



Vadinho

He soñado los números
y la muerte
las diecisiete posturas del azar
y sus juegos amorosos
He apostado mi historia
a tu inocencia
a la igualdad impar
de tus crótalos y erizos

Te quiero así
inconsolable
ahumada en la suerte de un ángulo primo
viuda de mí
o de quien sea
con el alma saliente y el corazón turbio

Quién eres
grumo de sombra
alquitrán de hulla
que sólo alcanzo a arriesgarte
en esta cifra
en esta imposición de límites aleatorios
Te quiero así
ebria o abstemia
girando en el rojo desprestigio de la sangre
en la intuición del vientre
en el ardor sin freno que te nombra y despedaza
antes de sazonar mi derrota

ZAPATA, ESQUINA BOULEVARD por Jesús Garrido

El tiempo pasa de largo por entre las gotas sublevadas La ciudad empieza ahí donde la furia toca tierra y el mar parece reclamar po...