De fuego es mi signo
Vivo bajo esta piel que arde
Soy arena húmeda y sal
el agua que te contempla
desde el estanque
Sándalo soy
humo de incienso antiguo
sientes mi aroma
no puedes penetrarme
Habito tus sueños más descabellados
tus obsesiones
tus miedos
tus deseos
Soy rumor en tu sangre
abismo al que te precipitas
cuando duermes
cuando te olvidas de la vida
Soy goce que eriza la piel
si la rozan otros labios
la hora entre la noche y el día
Ser ciega es mi destino.
Te toco
te acaricio con mis dedos de fuego
con mi lengua
que emana lágrimas de cirio
Soy las palabras que arropan
tu deseo sediento y largo
como surco de labriego
De fuego es mi signo
Soy eco sordo de un anhelo
insomnio en que viajas
hasta la madrugada
el ritmo que alimenta tu locura
Dolor agudo que te paraliza en un grito
Deimos y Fobos al momento del parto
temblor en que te alojas
tras el hambre y la embriaguez
Soy sudor que destilan
los espejos de plata
destello infinito en las cuentas
de un candil
espora diminuta en
el lomo del tiempo
a trote entre las horas
que carcomen tu infancia
Soy la daga que cercena
el pasado de tu piel
y la renueva a cada beso
a cada instante
a cada palpitar de las heridas
Soy el viejo huracán
que adivinas en mis ojos
Entra
Demora la muerte
Reinventemos la fe.
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