*¿Tan pronto la nostalgia?
1. CRISTIANO RONALDO Y DAVID BECKHAM: FUTBOL Y MARKETING
Sobre la llegada de Beckham a España:
“Por fin el Real Madrid tendrá dos jugadores bonitos. Antes el único era yo.
Me estaba sintiendo muy solo entre tanta gente fea".
Roberto Carlos, campeón del mundo en el 2002
Que el futbol es un gran negocio, no cabe duda. Es más, sospecho que los miles de millones que factura la FIFA en realidad podrían ser mayores que las cantidades que se dan a conocer. En una página de internet se reportaba que “en 2010, según cifras oficiales, FIFA tendrá ingresos por 2.400 millones de dólares (mdd) – derivados de patrocinios –, y egresos por 989 mdd, esto es una ganancia de unos 1.500 mdd” . Esto tan sólo en los patrocinios directos. Otro gran negocio es la engorda de futbolistas como grandes figuras mediáticas. Para los clubes en Europa no hay nada mejor que la factura de un “ídolo” que juegue bien pero que además sea “bonito” y venda miles de camisetas. Una de las razones por las cuáles Florentino Pérez, a la sazón, presidente del Real Madrid, nunca contrató a Ronaldinho era porque era muy feo y no encajaba con la imagen de los “galácticos”, en su malogrado proyecto de contratar superestrellas del futbol mundial. Los hechos demostraron que el brasileño fue más galáctico que todos, al vencer a los blancos con una exhibición deslumbrante del futbol-arte en el propio estadio Santiago Bernabéu, en el 2006.
Desgraciadamente, en esta época los ídolos mediáticos no siempre están a la altura de lo que los publicistas prometen. Un ejemplo claro es el del futbolista inglés David Beckham, quien debutó con el Manchester United en 1991, y luego de ganar todos los trofeos en la temporada 1998-1999, fue vendido al Real Madrid por 25 millones de euros. Esa fue su mejor temporada, porque a ras de pasto demostró en España lo que era, un futbolista de “medio pelo” en la mejor liga del mundo. Otro ejemplo, más a la mano, es Cristiano Ronaldo, delantero de la selección de Portugal, quien es mejor futbolista que el inglés pero que definitivamente no es el mejor del mundo. A pesar de sus patéticos intentos por demostrarlo y querer ganar él solo los partidos del seleccionado. Se marchó con Portugal por la puerta de atrás.
2. LA SELECCIÓN DE ARGENTINA: UN NUEVO ENSAYO SOBRE LA CEGUERA.
El domingo 4 de Julio, la selección de Argentina arribó al aeropuerto de Ezeiza. Fueron recibidos como héroes después de la humillante derrota que les propinó el seleccionado alemán por 4 goles a 0. Las muestras del fervor, en su sentido más ampliamente religioso, y las expresiones de amor incondicional a Diego Armando Maradona, el ídolo, ocultaban lo evidente: el rotundo, contundente fracaso del ex-futbolista que no es, por falta de humildad, de ninguna manera un técnico de futbol.
Maradona fue un genio de las canchas, el último miembro del Olimpo pambolero. Como futbolista impecable, como ser humano un ejemplo acabado de la miseria y debilidad humana, y como entrenador un desastre con palabras mayúsculas. No tiene la dignidad que debe poseer un técnico, frente a él se agiganta la estela de un César Luis Menotti. Frente a sus berrinches y bravatas, brilla como el acero la fría, eficaz y calculadora inteligencia de un José Mourinho. Por eso los derrotó Alemania. Hombre por hombre Argentina era mejor, en el papel. Pero el futbol es un juego de colectividades, y una maquinaria alemana mejor aceitada, como un arma de precisión, fue el instrumento que masacró al cuadro albiceleste. Mientras Maradona los motivaba a jugar en nombre de su propia leyenda, Joachim Löw analizaba los defectos del rival, preparando una cuidadosa y contundente contraofensiva. Los argentinos embistieron al grito de ¡banzai! Y como los japoneses en la guerra del Pacífico, cayeron abatidos, abrumados y cegados por el fanatismo que impide ver las huellas demoledoras de la realidad. Maradona no es un analista, ni siquiera se puede afirmar que sea inteligente. Su intuición como futbolista no bastó para analizar a los rivales de verdadero peso. Él jugaba futbol con la naturalidad de las aves, y como las aves también demostró un pensamiento diminuto.
Es muy probable que los argentinos apuesten por la continuidad de Maradona, quien con mucho entrego nada, otros como Paraguay con poco hicieron mucho, y ellos seguramente crecerán. A la Argentina le esperan años negros si no logran despertar de ese hermoso pasado, los fracasos no se detendrán si no cambian la fórmula. Su amor por Diego es un fantasma que recorre las canchas y que no cesará hasta que el “diez” se retire para siempre y los deje escribir otra historia.
3. EN DIRECTO DESDE EL JARDIN DEL PULPO: MI REINO POR UN JABULANI
EN EL MAR EL FUTBOL ES MÁS SABROSO.
Tal vez el animal más emblemático del mundial pasado no hayan sido las gallinas de Nigeria, el perrito argentino, ni la tortuga Jorge, sino el cefalópodo llamado Paul, del acuario See life de Oberhausen. Dicho bicho (¡ah, que verso sin esfuerzo!) tiene al mundo pambolero en vilo al haber acertado prácticamente todos los resultados de la selección alemana. No cabe duda que los hilos que atan este mundo, han elegido el vocero más extraño que se pueda imaginar. Porque viéndolo bien, los pulpos junto con las arañas parecen animales extraterrestres. Sin embargo, hay que reconocer que este caso no tiene la culpa el pulpo sino el que lo hace ceviche.
4. UN FUNCIONARIO SUELTO EN SUDAFRICA.
Sobre los hechos protagonizados por el ex director de FONATUR, Miguel Gómez Mont (una trifulca en el balcón VIP de la federación mexicana en el estadio de futbol) ya poco se habla. Sin embargo, aunque duela decirlo, también no retrata como país. Nos hemos revelado al mundo como una nación de funcionarios miserables que se creen importantes olvidando el sentido y dignidad del servicio público. No lo digo yo, fue Gómez Montt tambaleante y a grito pelado en imágenes que se pueden observar por internet. Por cierto, su renuncia obedeció a lo público del escándalo. Estoy seguro que jamás lo habría hecho por dignidad personal ni por el “bien de la patria”.
5. JAVIER AGUIRRE EN EL PAÍS DE LOS JODIDOS.
En febrero de este año, en una entrevista para la cadena SER de España, el ex-técnico de la selección mexicana Javier Aguirre definió a México como en condición “jodida”. ¿Las razones? Los desastres naturales de aquel pasado reciente y la creciente ola de interminable, escalofriante, violencia, que azota el país eran la razón que asistía a dicho personaje. Semanas más tarde, otra persona, pero con el mismo rostro colcha de mañanera, nombre y apellidos de Javier Aguirre pareció en las pantallas de la televisión mexicana con expresión firme y rostro grave:
“Yo soy Javier Aguirre y amo a México... es 2010 el reloj de la historia está sonando de nuevo, parece imposible ser el gran país que todos soñamos…nuevamente es hora de soñar o de actuar, hora de decidir si somos el país que se siente predestinado al fracaso o el país que se sabe capaz de construir el destino anhelado… hay que dejar atrás al México que busca culpables”, etc. No cabe duda que el discurso triunfal y motivador es bonito hasta que empiezan los fregadazos. Todavía duele la eliminación con argentina.
El fracaso de la selección en Sudáfrica desinfló como dardo la campaña que se pretendía exitosa. El justo paso para abandonar el México del “ya merito al México de sí se pudo”. Porque ¿saben qué? Otra vez no se pudo. Aunque la violencia y los desastres no son competencia del Director Técnico de México, los resultados deportivos sí lo son y allí la selección quedó a deber. El quinto partido se aleja y los saldos del mundial no son tan deprimentes como los de Argentina 78, pero nos ubican en el lugar once y quince del ranking mundial, cuando la aspiración, quien sabe si legítima, es quedar entre los 8 primeros. No queremos trabajar para merecer y el estancamiento parece no tener fin. Pasarán más de mil años, que espero no vivir, y estoy seguro que las cosas seguirán igual. Por cierto, en la final de Holanda y España mi gallo era la naranja, ¿fui yo quien les echó la sal. Que el pulpo Paul nos agarre confesados.
Sobre la llegada de Beckham a España:
“Por fin el Real Madrid tendrá dos jugadores bonitos. Antes el único era yo.
Me estaba sintiendo muy solo entre tanta gente fea".
Roberto Carlos, campeón del mundo en el 2002
Que el futbol es un gran negocio, no cabe duda. Es más, sospecho que los miles de millones que factura la FIFA en realidad podrían ser mayores que las cantidades que se dan a conocer. En una página de internet se reportaba que “en 2010, según cifras oficiales, FIFA tendrá ingresos por 2.400 millones de dólares (mdd) – derivados de patrocinios –, y egresos por 989 mdd, esto es una ganancia de unos 1.500 mdd” . Esto tan sólo en los patrocinios directos. Otro gran negocio es la engorda de futbolistas como grandes figuras mediáticas. Para los clubes en Europa no hay nada mejor que la factura de un “ídolo” que juegue bien pero que además sea “bonito” y venda miles de camisetas. Una de las razones por las cuáles Florentino Pérez, a la sazón, presidente del Real Madrid, nunca contrató a Ronaldinho era porque era muy feo y no encajaba con la imagen de los “galácticos”, en su malogrado proyecto de contratar superestrellas del futbol mundial. Los hechos demostraron que el brasileño fue más galáctico que todos, al vencer a los blancos con una exhibición deslumbrante del futbol-arte en el propio estadio Santiago Bernabéu, en el 2006.
Desgraciadamente, en esta época los ídolos mediáticos no siempre están a la altura de lo que los publicistas prometen. Un ejemplo claro es el del futbolista inglés David Beckham, quien debutó con el Manchester United en 1991, y luego de ganar todos los trofeos en la temporada 1998-1999, fue vendido al Real Madrid por 25 millones de euros. Esa fue su mejor temporada, porque a ras de pasto demostró en España lo que era, un futbolista de “medio pelo” en la mejor liga del mundo. Otro ejemplo, más a la mano, es Cristiano Ronaldo, delantero de la selección de Portugal, quien es mejor futbolista que el inglés pero que definitivamente no es el mejor del mundo. A pesar de sus patéticos intentos por demostrarlo y querer ganar él solo los partidos del seleccionado. Se marchó con Portugal por la puerta de atrás.
2. LA SELECCIÓN DE ARGENTINA: UN NUEVO ENSAYO SOBRE LA CEGUERA.
El domingo 4 de Julio, la selección de Argentina arribó al aeropuerto de Ezeiza. Fueron recibidos como héroes después de la humillante derrota que les propinó el seleccionado alemán por 4 goles a 0. Las muestras del fervor, en su sentido más ampliamente religioso, y las expresiones de amor incondicional a Diego Armando Maradona, el ídolo, ocultaban lo evidente: el rotundo, contundente fracaso del ex-futbolista que no es, por falta de humildad, de ninguna manera un técnico de futbol.
Maradona fue un genio de las canchas, el último miembro del Olimpo pambolero. Como futbolista impecable, como ser humano un ejemplo acabado de la miseria y debilidad humana, y como entrenador un desastre con palabras mayúsculas. No tiene la dignidad que debe poseer un técnico, frente a él se agiganta la estela de un César Luis Menotti. Frente a sus berrinches y bravatas, brilla como el acero la fría, eficaz y calculadora inteligencia de un José Mourinho. Por eso los derrotó Alemania. Hombre por hombre Argentina era mejor, en el papel. Pero el futbol es un juego de colectividades, y una maquinaria alemana mejor aceitada, como un arma de precisión, fue el instrumento que masacró al cuadro albiceleste. Mientras Maradona los motivaba a jugar en nombre de su propia leyenda, Joachim Löw analizaba los defectos del rival, preparando una cuidadosa y contundente contraofensiva. Los argentinos embistieron al grito de ¡banzai! Y como los japoneses en la guerra del Pacífico, cayeron abatidos, abrumados y cegados por el fanatismo que impide ver las huellas demoledoras de la realidad. Maradona no es un analista, ni siquiera se puede afirmar que sea inteligente. Su intuición como futbolista no bastó para analizar a los rivales de verdadero peso. Él jugaba futbol con la naturalidad de las aves, y como las aves también demostró un pensamiento diminuto.
Es muy probable que los argentinos apuesten por la continuidad de Maradona, quien con mucho entrego nada, otros como Paraguay con poco hicieron mucho, y ellos seguramente crecerán. A la Argentina le esperan años negros si no logran despertar de ese hermoso pasado, los fracasos no se detendrán si no cambian la fórmula. Su amor por Diego es un fantasma que recorre las canchas y que no cesará hasta que el “diez” se retire para siempre y los deje escribir otra historia.
3. EN DIRECTO DESDE EL JARDIN DEL PULPO: MI REINO POR UN JABULANI
EN EL MAR EL FUTBOL ES MÁS SABROSO.
Tal vez el animal más emblemático del mundial pasado no hayan sido las gallinas de Nigeria, el perrito argentino, ni la tortuga Jorge, sino el cefalópodo llamado Paul, del acuario See life de Oberhausen. Dicho bicho (¡ah, que verso sin esfuerzo!) tiene al mundo pambolero en vilo al haber acertado prácticamente todos los resultados de la selección alemana. No cabe duda que los hilos que atan este mundo, han elegido el vocero más extraño que se pueda imaginar. Porque viéndolo bien, los pulpos junto con las arañas parecen animales extraterrestres. Sin embargo, hay que reconocer que este caso no tiene la culpa el pulpo sino el que lo hace ceviche.
4. UN FUNCIONARIO SUELTO EN SUDAFRICA.
Sobre los hechos protagonizados por el ex director de FONATUR, Miguel Gómez Mont (una trifulca en el balcón VIP de la federación mexicana en el estadio de futbol) ya poco se habla. Sin embargo, aunque duela decirlo, también no retrata como país. Nos hemos revelado al mundo como una nación de funcionarios miserables que se creen importantes olvidando el sentido y dignidad del servicio público. No lo digo yo, fue Gómez Montt tambaleante y a grito pelado en imágenes que se pueden observar por internet. Por cierto, su renuncia obedeció a lo público del escándalo. Estoy seguro que jamás lo habría hecho por dignidad personal ni por el “bien de la patria”.
5. JAVIER AGUIRRE EN EL PAÍS DE LOS JODIDOS.
En febrero de este año, en una entrevista para la cadena SER de España, el ex-técnico de la selección mexicana Javier Aguirre definió a México como en condición “jodida”. ¿Las razones? Los desastres naturales de aquel pasado reciente y la creciente ola de interminable, escalofriante, violencia, que azota el país eran la razón que asistía a dicho personaje. Semanas más tarde, otra persona, pero con el mismo rostro colcha de mañanera, nombre y apellidos de Javier Aguirre pareció en las pantallas de la televisión mexicana con expresión firme y rostro grave:
“Yo soy Javier Aguirre y amo a México... es 2010 el reloj de la historia está sonando de nuevo, parece imposible ser el gran país que todos soñamos…nuevamente es hora de soñar o de actuar, hora de decidir si somos el país que se siente predestinado al fracaso o el país que se sabe capaz de construir el destino anhelado… hay que dejar atrás al México que busca culpables”, etc. No cabe duda que el discurso triunfal y motivador es bonito hasta que empiezan los fregadazos. Todavía duele la eliminación con argentina.
El fracaso de la selección en Sudáfrica desinfló como dardo la campaña que se pretendía exitosa. El justo paso para abandonar el México del “ya merito al México de sí se pudo”. Porque ¿saben qué? Otra vez no se pudo. Aunque la violencia y los desastres no son competencia del Director Técnico de México, los resultados deportivos sí lo son y allí la selección quedó a deber. El quinto partido se aleja y los saldos del mundial no son tan deprimentes como los de Argentina 78, pero nos ubican en el lugar once y quince del ranking mundial, cuando la aspiración, quien sabe si legítima, es quedar entre los 8 primeros. No queremos trabajar para merecer y el estancamiento parece no tener fin. Pasarán más de mil años, que espero no vivir, y estoy seguro que las cosas seguirán igual. Por cierto, en la final de Holanda y España mi gallo era la naranja, ¿fui yo quien les echó la sal. Que el pulpo Paul nos agarre confesados.