Cuando Gabriel Fuster se definió como un mutante de tres piernas, pensé que estaba bromeando como siempre. Hoy, ante las evidencias expuestas en esta foto, pienso que tal vez se trate de un alienígena procedente del planeta Vegeta, capaz de convertirse en Ohzaru cada luna llena. Afortunadamente, al perder la extremidad extra, la amenaza del Ohzaru se desvaneció en el mar del Playón de Hornos. Igualito que la cola de Gokú.
Poesía, crónica, deportes, recetas de cocina, cultura en general y otros chacoteos inútiles
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